Punto de partida

El proceso de talleres y análisis participativo reveló que la comunidad reconoce en La Playa un espacio que se distingue no tanto por sus edificios o instituciones, sino por su patrimonio vegetal y fluvial. Lo que la gente más valora es caminar bajo la sombra de los árboles, sentir calma en medio del caos urbano y recordar la presencia invisible pero latente de la quebrada Santa Elena, la 'quebrada madre', que traza el eje natural del corredor.